La animadversión es un sentimiento de aversión o antipatía intensa hacia una persona, grupo o cosa. Implica una actitud hostil y negativa, generalmente basada en experiencias o percepciones pasadas.

Como sentimiento, la animadversión puede tener tanto beneficios como consecuencias negativas. Por un lado, puede ser útil para protegerse de personas o situaciones que han demostrado ser perjudiciales en el pasado. También puede servir como motivación para superar obstáculos o alcanzar metas, ya que el deseo de demostrar superioridad o vencer a alguien que se detesta puede impulsar a una persona a esforzarse más.

Sin embargo, la animadversión también puede tener consecuencias negativas. Puede generar un ambiente de tensión y conflicto, afectando las relaciones personales y laborales. Además, puede llevar a la obsesión y a un gasto excesivo de energía emocional en pensamientos y sentimientos negativos hacia la persona o situación que se detesta, lo cual puede afectar negativamente la salud mental y emocional.

Los tipos de sentimientos hacia la animadversión pueden variar. Algunas personas pueden experimentar un rechazo pasivo, evitando cualquier interacción con la persona o grupo hacia el cual sienten animadversión. Otros pueden sentir una ira intensa y deseos de venganza. También puede haber sentimientos de frustración, impotencia o desprecio. En algunos casos, la animadversión puede ser mutua, generando un ciclo de hostilidad entre ambas partes.