La discriminación es un sentimiento que se caracteriza por tratar de manera injusta o desigual a una persona o grupo de personas debido a características como su raza, género, religión, orientación sexual, discapacidad, entre otros aspectos. Como sentimiento, la discriminación no tiene beneficios, ya que se basa en prejuicios y estereotipos que pueden causar daño emocional y psicológico a las personas afectadas.

Las consecuencias negativas de la discriminación son diversas. En primer lugar, provoca exclusión social y limita las oportunidades de desarrollo y crecimiento personal de las personas discriminadas. Además, puede generar baja autoestima, ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. Asimismo, la discriminación perpetúa la desigualdad y el odio, generando conflictos y tensiones en la sociedad.

Existen diferentes sentimientos hacia la discriminación. Aquellos que son víctimas de discriminación pueden experimentar tristeza, enojo, frustración y dolor emocional. Por otro lado, quienes perpetúan la discriminación pueden experimentar sentimientos de superioridad, satisfacción y poder. Es importante destacar que estos sentimientos negativos hacia la discriminación deben ser combatidos y reemplazados por valores de igualdad, respeto y justicia.