La continencia se refiere a la capacidad de controlar los impulsos y deseos, especialmente en relación con los instintos sexuales. Es un sentimiento de autodisciplina y moderación que implica resistir la tentación y mantener el autocontrol.

Como sentimiento, la continencia puede tener beneficios significativos. Al ejercer el autocontrol en situaciones de tentación, se promueve la autodisciplina y la fortaleza mental. Esto puede conducir a una mayor sensación de logro personal y autoestima, ya que se demuestra la capacidad de resistir los impulsos y mantener el equilibrio emocional.

Sin embargo, también puede tener consecuencias negativas. La continencia excesiva o la represión excesiva de los deseos naturales pueden generar frustración y tensión emocional. Esto puede llevar a sentimientos de insatisfacción o incluso a la liberación incontrolada de los deseos reprimidos.

Los sentimientos hacia la continencia pueden variar según las creencias culturales, religiosas o personales. Algunos pueden considerarla como una virtud moral y una muestra de fuerza de voluntad, mientras que otros pueden verla como una limitación o represión de la expresión natural de los deseos humanos.

En general, la continencia puede ser vista como un sentimiento positivo cuando se practica de manera equilibrada y consciente, permitiendo un control adecuado de los impulsos sin causar daño emocional o físico.