El malhumor es un estado emocional negativo caracterizado por la irritabilidad, la hostilidad y la falta de paciencia. Se experimenta como una sensación de malestar generalizada, que puede llevar a manifestar actitudes groseras, mal genio, enfado o incluso agresividad.

Como sentimiento, el malhumor no suele tener beneficios, ya que afecta tanto a la persona que lo experimenta como a quienes le rodean. Puede dificultar la comunicación, generar conflictos interpersonales y afectar la calidad de las relaciones personales, laborales y sociales.

Las consecuencias negativas del malhumor incluyen un deterioro en el estado de ánimo y en la salud emocional, ya que puede aumentar el estrés, la ansiedad y la depresión. Además, el malhumor constante puede afectar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Existen diferentes tipos de sentimientos asociados al malhumor. Algunas personas pueden sentirse frustradas o enfadadas consigo mismas, mientras que otras pueden experimentar resentimiento hacia los demás. También puede haber sentimientos de impotencia, tristeza o agotamiento emocional. Cada individuo puede experimentar el malhumor de manera única, dependiendo de sus circunstancias personales y de su capacidad para gestionar sus emociones.