La brutalidad se refiere a un sentimiento o actitud caracterizado por la violencia extrema, la agresión desmedida y la falta de compasión hacia los demás. Es un sentimiento que se manifiesta a través de acciones crueles, brutales y sin consideración por el sufrimiento ajeno.

Esta emoción no conlleva beneficios, ya que está asociada con comportamientos destructivos, dañinos y perjudiciales tanto para quienes la experimentan como para quienes son víctimas de ella. La brutalidad puede generar consecuencias negativas tanto a nivel físico como emocional, ya que la violencia y la agresión pueden causar daño físico, traumas psicológicos y rupturas en las relaciones interpersonales.

En cuanto a los sentimientos hacia la brutalidad, existen diferentes perspectivas. Algunas personas pueden sentir repulsión y rechazo hacia esta actitud, considerándola inhumana y moralmente incorrecta. Otros pueden experimentar una atracción o fascinación morbosa hacia la brutalidad, encontrando algún tipo de satisfacción en la violencia y el sufrimiento ajeno. Sin embargo, es importante destacar que la mayoría de las sociedades y sistemas de valores condenan la brutalidad y promueven la empatía, el respeto y la compasión como valores fundamentales para la convivencia pacífica.